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COLABORACIONES

REDACTAR UNA NUEVA CONSTITUCIÓN FEDERAL

Febrero 08, 2017

En sus más recientes columnas informativas, mis fraternales colegas Armando Rojas Arévalo y Carlos Ravelo, refieren las reformas que de 1920 a la fecha se han hecho al articulado de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Interesante ocuparnos del tema, porque es muy triste comprobar que millones de mexicanos ignoran el contenido de nuestra Carta Magna y por eso me fui al archivo de la Cámara de Diputados, encontrando que suman 421 las reformas y que solo 22, de los 136 artículos, mantienen el texto original que redactaron, discutieron y aprobaron los Constituyentes de Querétaro, hace un siglo.
Considero que los dos momentos más impactantes, en cuanto a las reformas constitucionales, se dieron con las iniciativas presidenciales de Carlos Salinas de Gortari, en el siglo pasado, y las de Enrique Peña Nieto en el presente. De las 55 presentadas por Salinas entre 1988 y 1994, las trascendentes son tres: la primera, concedió el derecho al voto a los ministros de cultos religiosos y estableció las relaciones diplomáticas con El Vaticano; la segunda, de hecho desapareció el ejido como propiedad social y, la tercera, dio origen al organismo “independiente” (IFE, hoy INE) encargado de organizar y calificar los procesos electorales. Peña Nieto ha promovido 147 reformas, de las cuales las más conocidas e impugnadas están relacionadas con el campo educativo y la industria energética.
Según el resumen de la LXIII Legislatura de la Cámara de Diputados, los presidentes que más reformas promovieron, además de los dos ya mencionados, fueron: Miguel de la Madrid, 66; Ernesto Zedillo, 77; Felipe Calderón, 110. Los presidentes Emilio Cándido Portes Gil y Adolfo Ruiz Cortines, en sus respectivos gobiernos, enviaron solo dos iniciativas al Congreso de la Unión. El tamaulipeco fue interino en 1928-1930, a raíz del asesinato de Álvaro Obregón. El veracruzano Ruiz Cortines, en su sexenio de 1952-1958.
Lo cierto es que el texto firmado el 31 de enero de 1917, en el Teatro Iturbide, en Querétaro, debe ser la base para redactar una nueva Constitución, conforme a las necesidades de la sociedad, las circunstancias y los avances tecnológicos del siglo XXI. Cada uno de los Constituyentes cumplió, en su momento, con el papel que les correspondía y de acuerdo con las problemáticas políticas, económicas y sociales. Con el establecimiento de la República federal, popular y democrática, termina el movimiento independentista iniciado por Miguel Hidalgo, secundado por José María Morelos y Pavón. La derrota que impone Benito Juárez a los franceses invasores, marca una era para la cimentación de un México soberano. El Plan de Guadalupe, de Venustiano Carranza, nos entrega el constitucionalismo, luego del asesinato de Francisco I. Madero y de José María Pino Suárez.
Mucho hemos oído en torno a la Carta Magna que juran guardar y hacer guardar los Presidentes de México, los legisladores federales y estatales, los gobernadores, los presidentes municipales, cuando asumen el cargo. Después ni se acuerdan. Me consta que no pocos son los senadores y los diputados que titubean cuando se les pregunta cuántos artículos integran la Constitución o se les interroga sobre determinado artículo. Bueno, ni qué decir de los alcaldes, regidores o síndicos. Todos fruncen el ceño, alzan los hombros y dan la media vuelta. A los ciudadanos se les dice que el no conocer la Constitución, las leyes o los reglamentos, no los exime de acatar y cumplir cabalmente con lo asentado en esos documentos; pero, ¿quién difunde a nivel popular esos textos? Nadie.
Durante los últimos días, con motivo del centenario de la Constitución, se comentó que es un documento con texto complejo, confuso, contradictorio, inexacto y hasta falto de veracidad. Opinan que debe ser claro, preciso, conciso y legible, para que todos los mexicanos lo entendamos, recordemos y defendamos. Personajes como el rector Enrique Luis Graue, de la UNAM, el respetable jurista Diego Valadés, así como el reconocido político Bernardo Bátiz, externaron su punto de vista. Hay quienes calificaron de neoliberal al contenido de nuestra Constitución, por las modificaciones impuestas durante el sexenio salinista.
Recuerdo que en los finales del siglo pasado hubo pronunciamientos para que se convocara a un Congreso Constituyente. Unos se hicieron los desentendidos y permanecieron sordos, mientras que otros se rasgaban la camisa en señal de protesta. Los argumentos fueron de un extremo a otro. Se olvidaban que en 1824 al surgir el federalismo, hubo un Congreso Constituyente y 33 años más tarde se convoca a otro semejante para actualizar el texto constitucional en 1857. Venustiano Carranza, como paladín constitucionalista, en 1916 reúne a liberales y a conservadores para reformar lo aprobado 60 años antes. A cien años de distancia, las preguntas son: ¿Por qué hay temor a convocar a un Congreso Constituyente? ¿Cuál es el impedimento para hacerlo?
Los diversos e importantes pasajes de la Historia Patria, realmente han tenido poca difusión. En las escuelas primarias y secundarias, poco es lo que, actualmente, se enseña a los niños y a los adolescentes. En 1957 el diputado poblano José Ignacio Morales editó, en un volumen de bolsillo, las Constituciones de México. En ese mismo año, el abogado Tomás Gallart Valencia en el Canal 4 de Televicentro (hoy Televisa) durante un año analizó y comentó, semanalmente, cada uno de los artículos constitucionales; el programa fue titulado “La Constitución y Usted”. Ambos eventos formaron parte de la celebración del centenario de la Constitución promulgada en la restauración de la República, en el regreso al federalismo, como consecuencia de la Revolución de Ayutla, proclamada el 1 de marzo de 1854.
Cierto es que el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones Mexicanas, bajo la dirección de la doctora Patricia Galeana Herrera, desde hace meses está realizando ciclos de conferencias, cursos didácticos, talleres para niños, exposiciones, con el tema del Centenario de la Constitución de 1917. También el Centro de Estudios de Historia de México Carso Fundación Carlos Slim nos invitó a ciclos de conferencia sobre esta temática y en el Museo de la Revolución Mexicana se organizaron eventos para recordar a los Constituyentes de Querétaro. Sin embargo, las nuevas generaciones ignoran estos sucesos históricos.
PREGUNTA PARA MEDITAR:
¿El gobierno de la Ciudad de México hará una edición popular de la primera Constitución Política, que fue aprobada el pasado 31 de enero, y la repartirá entre los habitantes de las 16 delegaciones?
jherrerav@live.com.mx



Jorge Herrera Valenzuela

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